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MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD. dimensión
epistemológica
Para dar inicio a esta
revisión es importante señalar el término Modernidad entendido según (Habermas)
como calificación de una época caracterizada por el desencantamiento de las
imágenes tradicionales del mundo, la racionalización de los procesos sociales y
la colonización por aporte de la acción racional, con arreglos a fines, de los
ámbitos simbólicos de la vida.
Por otra parte el Postmodernismo
surge como réplica a las teorías Estructuralistas (Levi – Strauss Antropólogo y
Lacan psicoanálisis) frente a las que se desarrollan corrientes críticas que
pretenden su superación: El Postestructuralismo Francés de Foucault – Derrida –
Lyotard; el Pensamiento débil de Vattimo, el Contextualismo de Rorty y, que se
apoyan en el pensamiento negativo de Nietzsche – Adorno – Benjamin e incluso de
Heidegger y Wittgenstein.
Frente a los rasgos
“fuertes” de la razón moderna los postmodernistas oponen un concepto “débil” y
negativo del pensamiento racional que incluye en si la diversidad y los
componentes estéticos y expresivos de las vivencias y en nuestro caso, del
funcionamiento de las instituciones escolares.
Habermas intenta superar
el relativismo escéptico y desarrolla un concepto de razón en las prácticas
comunicativas que responden a unos criterios de validez universal
transcendiendo los contextos particulares en los que han sido formados. Evidentemente,
estas pretensiones de validez susceptibles de crítica, son las pretensiones de
verdad proposicional de rectitud
normativa y de veracidad sujetiva. En este sentido negativo se trata de superar
la razón instrumental definida por la modernidad. La propuesta de Habermas de
una razón procedimental susceptible de críticas solo será válida cuando sus
decisiones sean frutos de una acción comunicativa libre de dominio, siendo esta
la opción más coherente sobre la que edifican la actividad pedagógica –
critica.
Se plantea entonces el problema, de los
partidos políticos liberales que incluyen en sus programas términos como
adaptación al mundo de la producción, cualificación profesional, eficacia de
los procesos docentes… que esconden posturas basadas en aptitudes tradicionales
orientadas a planteamientos instrumentales de la educación. Estos procesos de
formación propuestos se reducen a planteamientos técnicos de la enseñanza,
incluso en la formación del profesorado se pone el acento en la coordinación de
los medios para el logro de unos fines previamente determinados. Así pues, las
reformas educativas no consiguen superar la contradicción entre la función
social de la educación de incrementar el capital humano y la compensación de
las desigualdades sociales. Resulta complicado hablar de partidos políticos
bien definidos pero coincidimos en la propuesta, con aquellos movimientos
sociales críticos, con el modelo de crecimiento que rechaza la invasión del
estado en la vida cultural la burocratización y reivindican la identidad de los
individuos en las coordenadas de la historia y en la ética comunitaria. Se
propone entonces: curriculum integrado, proyectos educativos en los que se
plantean el desarrollo moral del alumnado, procesos comunitarios, comunicativos
y críticos, tal y como están defendidos por Girox – Popkewitz – Hoffmann…
Sucede pues, que la utopia
a la que no renuncia la teoría crítica, aunque no determine su forma concreta,
se encuentra en el potencial de razón que contiene la especie humana para
llegar a ser lo que aún no es. La teoría crítica se construirá a partir de las
interpretaciones de los profesores – alumnos; y formara parte de los esquemas
de los participantes aquella actitud de no dar nada por concluido en el proceso
de construcción social.
En este sentido se
comprende: Modernidad como un concepto basado en el dominio y la exclusión del
otro; la periferia – indígena – pueblo – mujeres – pobres. Es el periodo de la
economía industrial, del predominio de la jerarquía en las organizaciones, de
los avances tecnológicos y científicos, de la expansión de los mercados, etc.
los principios que rigen esta etapa tienden a la cohesión, la unidad, la
afirmación, y a un pensamiento fuerte. El sujeto moderno actuante incide en los
acontecimientos por su implicación física en ellos.; la razón era la
protagonista fundamental del modernismo.
Y postmodernidad como la
crisis que atenta contra la posibilidad y legitimidad. Economía post
industrial, surge: mass media – multicultura – anarquía – cultura de masas – fragmentación y
multiplicidad. Los principios básicos son: la disgregación, la negación, el
pensamiento débil. En la postmodernidad el sujeto es pasivo y actúa como un
receptáculo de procesos en los que no puede fluir.
Finalmente, refiero el
concepto Transmodernidad como Globalización y se refiere a la virtualidad –
telepresencia – pensamiento único – tecnologías de la información – estrategias
– caos integrado – nueva economía – Internet – cibercultura – sociedad del
conocimiento. El sujeto recibe la información y actúa sobre ella, transformación
social, transacciones argumentativas de líneas de cuestionamiento, pensamiento
multidimensional y sistémico, y por
ultimo, lo local se convierte en
translocal.
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