jueves, 1 de diciembre de 2011

II Semestre. Curso: Gestión Epistémica de la Construcción Doctoral. 03/12/2011



 
MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD. dimensión epistemológica     








Para dar inicio a esta revisión es importante señalar el término Modernidad entendido según (Habermas) como calificación de una época caracterizada por el desencantamiento de las imágenes tradicionales del mundo, la racionalización de los procesos sociales y la colonización por aporte de la acción racional, con arreglos a fines, de los ámbitos simbólicos de la vida.

Por otra parte el Postmodernismo surge como réplica a las teorías Estructuralistas (Levi – Strauss Antropólogo y Lacan psicoanálisis) frente a las que se desarrollan corrientes críticas que pretenden su superación: El Postestructuralismo Francés de Foucault – Derrida – Lyotard; el Pensamiento débil de Vattimo, el Contextualismo de Rorty y, que se apoyan en el pensamiento negativo de Nietzsche – Adorno – Benjamin e incluso de Heidegger y Wittgenstein.

Frente a los rasgos “fuertes” de la razón moderna los postmodernistas oponen un concepto “débil” y negativo del pensamiento racional que incluye en si la diversidad y los componentes estéticos y expresivos de las vivencias y en nuestro caso, del funcionamiento de las instituciones escolares.

Habermas intenta superar el relativismo escéptico y desarrolla un concepto de razón en las prácticas comunicativas que responden a unos criterios de validez universal transcendiendo los contextos particulares en los que han sido formados. Evidentemente, estas pretensiones de validez susceptibles de crítica, son las pretensiones de verdad  proposicional de rectitud normativa y de veracidad sujetiva. En este sentido negativo se trata de superar la razón instrumental definida por la modernidad. La propuesta de Habermas de una razón procedimental susceptible de críticas solo será válida cuando sus decisiones sean frutos de una acción comunicativa libre de dominio, siendo esta la opción más coherente sobre la que edifican la actividad pedagógica – critica.
        Se plantea entonces el problema, de los partidos políticos liberales que incluyen en sus programas términos como adaptación al mundo de la producción, cualificación profesional, eficacia de los procesos docentes… que esconden posturas basadas en aptitudes tradicionales orientadas a planteamientos instrumentales de la educación. Estos procesos de formación propuestos se reducen a planteamientos técnicos de la enseñanza, incluso en la formación del profesorado se pone el acento en la coordinación de los medios para el logro de unos fines previamente determinados. Así pues, las reformas educativas no consiguen superar la contradicción entre la función social de la educación de incrementar el capital humano y la compensación de las desigualdades sociales. Resulta complicado hablar de partidos políticos bien definidos pero coincidimos en la propuesta, con aquellos movimientos sociales críticos, con el modelo de crecimiento que rechaza la invasión del estado en la vida cultural la burocratización y reivindican la identidad de los individuos en las coordenadas de la historia y en la ética comunitaria. Se propone entonces: curriculum integrado, proyectos educativos en los que se plantean el desarrollo moral del alumnado, procesos comunitarios, comunicativos y críticos, tal y como están defendidos por Girox – Popkewitz – Hoffmann…

Sucede pues, que la utopia a la que no renuncia la teoría crítica, aunque no determine su forma concreta, se encuentra en el potencial de razón que contiene la especie humana para llegar a ser lo que aún no es. La teoría crítica se construirá a partir de las interpretaciones de los profesores – alumnos; y formara parte de los esquemas de los participantes aquella actitud de no dar nada por concluido en el proceso de construcción social.

En este sentido se comprende: Modernidad como un concepto basado en el dominio y la exclusión del otro; la periferia – indígena – pueblo – mujeres – pobres. Es el periodo de la economía industrial, del predominio de la jerarquía en las organizaciones, de los avances tecnológicos y científicos, de la expansión de los mercados, etc. los principios que rigen esta etapa tienden a la cohesión, la unidad, la afirmación, y a un pensamiento fuerte. El sujeto moderno actuante incide en los acontecimientos por su implicación física en ellos.; la razón era la protagonista fundamental del modernismo.

Y postmodernidad como la crisis que atenta contra la posibilidad y legitimidad. Economía post industrial, surge: mass media –   multicultura –  anarquía – cultura de masas – fragmentación y multiplicidad. Los principios básicos son: la disgregación, la negación, el pensamiento débil. En la postmodernidad el sujeto es pasivo y actúa como un receptáculo de procesos en los que no puede fluir.

Finalmente, refiero el concepto Transmodernidad como  Globalización y se refiere a la virtualidad – telepresencia – pensamiento único – tecnologías de la información – estrategias – caos integrado – nueva economía – Internet – cibercultura – sociedad del conocimiento. El sujeto recibe la información y actúa sobre ella, transformación social, transacciones argumentativas de líneas de cuestionamiento, pensamiento multidimensional  y sistémico, y por ultimo,  lo local se convierte en translocal.  





No hay comentarios:

Publicar un comentario